domingo, 13 de diciembre de 2009

APRENDIZ DEL DESEO

Cuando al fin descubrí
su belleza desnuda dulcemente
frente a mi,
pensé en adorar su sombra
esperando humildemente
el momento justo en
que me concediera,
sin más,
los favores que jamás le entrego
a ningún hombre.

Dispuesto a estudiar la métrica
de su cuerpo improvisé nuevas técnicas,
preparado con la ilusión de un novicio
me entregué a su protocolo.

Tembloroso y embriagado por su presencia
descuidé mi disciplina olvidando las reglas.

Me perdí inerme en sus distancias,
atravesando deseoso los caminos
por los que sus leyes me guiaban.