La pureza de su amor
junto al más diminuto
de sus gestos
bastarán para mantenerme
sin fatiga ante cualquier ordalía
que pretendiera alejarme de ella.
Jamás imaginé estar frente a
ninguna criatura ofreciéndole mi
corazón atado de pies y manos.
Ahora se yergue ante mí
dispuesta a darme su bendición
para hacerme el dueño
de sus más preciados tesoros.
miércoles, 18 de febrero de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Muy bueno Emilio, muy bueno.
ResponderEliminaren esa foto sepia se te ve muy intelectual...
El poema trasncurre por un camino que sólo tú sabes llevar con tus estilo.
Eres bueno cabronazo.
Un abrazote
Joan
Emilio:
ResponderEliminarCuando paso a verte lo que se me hace cocacola es el corazón........
Mua, mua,
PUES BENDITA SEA TU SUERTE.
ResponderEliminarBUEN POEMA.
pokoserio.blogstop.com
cabronazo deja ya de pensar en lo mismo...jajajaja...un abrazo fuerte hermano...me gusta leerte
ResponderEliminar