Puedo hablar a favor
del amor,
hablar sobre los
recintos donde el
corazón construye
improvisados nidos
en las cimas salvajes
de la piel.
Hablar de una raza prodigiosa
de poderosos amantes
copulando más allá de la muerte.
Pero ahora
en este instante,
maravillosamente vulgar,
su coño y mi polla
solo desean olvidar el mundo.
lunes, 6 de julio de 2009
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