Cuando al fin descubrí
su belleza desnuda dulcemente
frente a mi,
pensé en adorar su sombra
esperando humildemente
el momento justo en
que me concediera,
sin más,
los favores que jamás le entrego
a ningún hombre.
Dispuesto a estudiar la métrica
de su cuerpo improvisé nuevas técnicas,
preparado con la ilusión de un novicio
me entregué a su protocolo.
Tembloroso y embriagado por su presencia
descuidé mi disciplina olvidando las reglas.
Me perdí inerme en sus distancias,
atravesando deseoso los caminos
por los que sus leyes me guiaban.
domingo, 13 de diciembre de 2009
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sus leyes...
ResponderEliminarme acabo de ver en el pellejo de un crio de 15 años al que su prima le descubre el sexo
ouh
yeah
como: "al son que me toquen; bailo"
ResponderEliminarbuena mi socio.
un abrazo
En cada poema que nos regalas dibujas las imágenes magníficamente en sus versos, de manera tal que se llega a ver lo que describes, como en un sueño...
ResponderEliminarDelicioso Emilio
Un beso grande, cariños amigo
No digamos que no nos gusta. Es de lo más entretenido cuando con tanta dulzura nos llevan al rincón oscuro donde desde siempre soñamos con ir. Lo que aprende uno de paciencias.
ResponderEliminarLo que aprende uno de poesía.
Mucho sabor en las próximas fiestas.
Un saludo, entre profundas dudas blogueras.
La métrica de su cuerpo, su protocolo. Que poetazo eres con esas palabras.
ResponderEliminarMe ha gustado ese recorrido sensual y emocional.
Un abrazote amigo mío.
Joan