Oh mujer,he vuelto a
abrir mi corazón.
Muéstrame hasta donde
tus leyes no me condenen,
o sean lo suficientemente
piadosas para concederme
tus gracias.
Enséñame en la deseosa
debilidad de la carne la
violencia exacta y deliciosa
de tus caderas.
domingo, 14 de diciembre de 2008
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Desde un punto de vista bastante egoista, hoy, también yo le pediría que te lo mostrara todo, y que supieras en una sola noche de las debilidades y otras leyes violadas del Día del Juicio final.
ResponderEliminarY que luego lo cuentes, escrito así de esta manera.
Je; hasta pronto, tío!!